EL DESCUBRIMIENTO DE LA TUMBA DEL FARAÓN TUTANKAMÓN

Tal día como hoy ,4 de noviembre, fue descubierta la tumba de Tutankamón por Husein Abdel Rasul, un niño de 10 años que llevaba agua a los miembros de la expedición de Howard Carter y que encontró el primer escalón de la tumba de manera fortuita. ¿Queréis saber toda su historia ? Pues empezamos ...
Howard Carter analizando el tercer y último ataúd antropomorfo de oro macizo, en cuyo interior se encontraba la momia de Tutankamón.
Veintiocho faraones fueron enterrados durante 420 años en el Valle de los Reyes y del orden de cincuenta equipos de arqueólogos fueron encontrando la mayoría de los enterramientos que se sabía que existían en el Valle a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX. Theodore Davis, que peinando el valle había encontrado unas treinta tumbas entre 1902 y 1914, declaró que consideraba agotado el yacimiento del Valle. Sin embargo, desde que Davis descubriera en 1907 fragmentos de objetos con el sello de Tutankamón, Howard Carter estaba convencido de que todavía no se había encontrado la tumba del rey niño y que debía hallarse cerca de la excavación de Davis, en un triángulo de una hectárea entre las tumbas de Ramsés II, Merenpath y Ramsés VI. Durante seis temporadas buscó la tumba en el mencionado triángulo, con resultados negativos, contando con el patrocinio de Lord Carnarvon que gastó 25 000 libras. Carnarvon dudó en interrumpir las excavaciones pero finalmente acordaron realizar una última campaña.
Descubrimiento de la tumba 
Comenzada la última campaña, bajo los cimientos de unas cabañas de obreros que habían construido la tumba de Ramsés VI, el 4 de noviembre de 1922 apareció el primero de los escalones de la tumba prácticamente intacta. Recibió el nombre de KV62, por ser la número 62 descubierta en este Valle de los Reyes (King Valley en inglés). Carter contrató para que le ayudasen en la excavación varios expertos de reconocido prestigio, entre los que se encontraban conservadores de antigüedades, especialistas en textos antiguos, catalogadores y dibujantes. El Museo Metropolitano de Nueva York le prestó al fotógrafo arqueológico Harry Burton que fotografió todos los objetos encontrados tal como se encontraron en la tumba y también después de retirarlos.
Se trataba de una pequeña sepultura destinada a un personaje no real que debió ser transformada para acoger al rey ante su prematura muerte.​ Carter y su equipo, supervisados por el gobierno egipcio, fueron retirando y catalogando en un lento proceso los 5000 objetos que encontraron en las cuatro pequeñas cámaras, concluyendo en febrero de 1932. 
En la estancia que Carter llamó Antecámara estaba apilado mobiliario, carros desmontados, armas, vestidos y comida. La que llamó Anexo estaba llena de objetos, preferentemente vasijas, muebles, armas, ungüentos y comida.Los alimentos que contenía la tumba eran panes, pasteles de trigo y cebada, espalda de buey y costillas de cordero condimentadas con especias y miel, treinta grandes jarras de vino, así como dátiles, higos, uvas y almendras. Entre las armas había 46 arcos, desde uno infantil de 30 cm hasta otro de 1,8 m de largo, mazas, bumeranes y cuchillos. También se encontraron seis carros desmontados, cuatro de ellos de ceremonia, de madera revestida con oro e incrustaciones de cristal, y los otros dos más ligeros debían ser para cazar. Debió coleccionar bastones, pues aparecieron 130, todos diferentes de ébano, marfil, plata y oro, entre ellos uno sencillo de una simple caña con bandas de oro con la inscripción una caña que su majestad cortó con sus propias manos. Entre la ropa se hallaron más de cien taparrabos triangulares de lino que se ataban a la cintura y 27 pares de guantes.​
Objetos de la tumba de Tutankamón 
Tutankamón y su esposa Anjesenamón debieron tener dos hijas que nacieron muertas, pues en la tumba del rey se encontraron dos pequeños féretros que contenían dos fetos femeninos, uno de cinco meses de gestación y el otro debió morir al nacer.
Trece capas de lino envolvían la momia del rey; hasta 143 joyas y amuletos se encontraron entre los pliegues de las telas cuyo fin era proteger la transformación del faraón de la muerte a la inmortalidad, entre ellos, la máscara que cubría su cabeza, un pectoral de oro con el dios Horus que le protegía colgado al cuello y, en la cadera derecha, un cuchillo de oro con la hoja de hierro.​ El estudio de su momia reveló que el rey medía 1,63 metros de altura.
Sarcófago de Tutankamón 
En la cámara funeraria, la única decorada con pinturas, se encontraron cuatro capillas de madera recubiertas de oro, encajadas cada una dentro de la anterior, que cubrían a su vez un sarcófago de cuarcita roja que contenía tres ataúdes antropomorfos, también encajados uno dentro de otro, de madera chapada en oro, los dos más exteriores, y de oro macizo el más interior. Dentro del último estaba la momia del joven faraón, con la cabeza y los hombros cubiertos por la célebre máscara. En la cuarta sala, que recibió el nombre de Cámara del Tesoro, se encontraron las vísceras momificadas del rey y objetos empleados en el rito funerario.
Vistas de la cámara funeraria con sus pinturas y el sarcófago del faraón Tutankamón 

LA MALDICIÓN DE LA TUMBA DE TUTANKAMÓN 
El hecho de que varios exploradores que participaron en el descubrimiento de la tumba murieron poco después, algunos en circunstancias extrañas, han dado pie a muchas historias fantásticas y leyendas.​ La ciencia tiene varias hipótesis, normalmente aceptadas; una es que en el aire viciado de la tumba de Tutankamón habría esporas de hongos microscópicos, conservadas durante varios milenios, que aún fueron capaces de infectar a varios de estos exploradores al respirar el aire viciado.​ El descubridor de la tumba, Howard Carter, murió por causas naturales muchos años después